domingo, 23 de mayo de 2010

Acto II


Escuchad atentamente y confiad en lo que os voy a contar. Como os he dicho antes no me gusta llamarlo truco de magia. Prefiero decirlo truco de felicidad.
Esta forma de llamarlo empezó hace 17 años y unos pocos días. Era un catorce de abril de un año más, y era mi cumpleaños. En mi familia acostumbrábamos a celebrarlo con una tarta cada año repleta de velas muy muy grandes. Aquel día eran doce las que adornaban mi tarta, y recuerdo perfectamente las palabras que como todos los años, me decían mis padres antes de soplar las velas: 'anda hijo, pide un deseo y sopla las velas con la fuerza justa para que el humo desaparezca sin dejar huella. Si lo consigues, será porque realmente lo deseas, y como por arte de magia, tu deseo se cumplirá tarde o temprano'.

Y así fue, me vi cumpliendo mi decimosegundo cumpleaños, pidiendo como cada año el mismo deseo, y asombrándome una vez más de cómo se apagaban esas luces fruto de una increible sensación de felicidad.

martes, 18 de mayo de 2010

Acto I


Atención. Os presento uno de los trucos más espectaculares ráramente vistos en los más prestigiosos festivales internacionales de... felicidad, yo prefiero llamarlo felicidad. La palabra magia es para los que la buscan como medio de evasión, de engaño..., pienso que aquellos que la utilizan como tal son pobres infelices que necesitan algo diferente a los demás en sus vidas para sentirse infelizmente felices.
Bien, no nos enrollemos. Como os estaba diciendo, lo que está apunto de acontecer me atrevería a decir que es algo único. Algo que nunca se ha conseguido.
Los 'felices artilugios' que utilizaré son muy simples: mis palabras.
¡Pero!, amigos, sin vosotros no podría llevar a cabo este truco, así que prestar mucha atención.

Empezaré explicando vuestra parte. Lo que tenéis que hacer es muy sencillo. Escuchar...

martes, 4 de mayo de 2010

Guitarra en mano

Siento haberte hecho venir
no te merecías ese paseo
pero cuando te explique el porqué
no me tendrás como a ese cabronazo.

Empezó todo aquel domingo
cuando me cogías de la mano
me invadías por dentro
como si fuera un niño, enamorado
me solté, asustado.

Lo siento, todavía hoy (te extraño)
no te merecías aquel gesto
yo tampoco, era pequeño
por eso hoy te he hecho venir,
te necesito.

Te tiendo la mano
como aquel domingo
pero hoy te aseguro, cariño
que ya no me suelto
ya no me suelto.