miércoles, 29 de septiembre de 2010

Hamburguesas milagrosas

Tercer día en la ciudad de las narices pequeñas y los panfletos odiados. Se camina saltando para evitar los constantes charcos fruto de una única pero frecuete línea de metro.
Edificios con tétricos cuartos reservados a la basura del vecindario, como opción a los habituales contenedores callejeros.
Ciudad amplia, no gran ciudad (at the moment).
Cafes más caros incluso que en España, reposteria casera a precio irrisorio, cerveza más barata que el agua, y atentos al pedirla, que por estos lares, frecuenta el agua con burbujas.
Los cuervos acabaron con las palomas, los autobuses no entienden de suavidad al conducir, y los polacos no están hechos para las polacas. Fuerza bruta contra brutal fortaleza.