miércoles, 2 de agosto de 2017

Si de algo me arrepiento

Escuchar esas cinco palabras de alguien a quien admiras y a quien tratas de emular en el tema que nos concierne hace que se encienda una mecha que llevaba tiempo pidiendo a gritos el olor del fósforo. La misma que prendíamos primero y corríamos después esperando que explotara.

Es Navidad la época que recuerdo con más cariño en cuanto a petardos y petardas se refiere. Ambos casos comparten la excitación de estar solos fuera de casa a altas horas de la noche, pero no nos confundamos, esta aclaración no es más que un lenguaje incluyente.

La historia se repite y por eso sigue siendo a los mayores a quien les confían el fuego y son los pequeños quienes aguardan con el mismo cosquilleo. No estamos en Navidad, aunque a veces nos falten las doce uvas para emular esos encuentros tan familiares como necesarios, y no hay forma de que a estas alturas del verano llueva lo suficiente como para mojar la pólvora.