domingo, 10 de febrero de 2013

Vale

Que mi primer recuerdo vuele hasta el dia en que perdí mi calzoncillo favorito y callaste porque ya me habias enseñado todo lo que podía esperar, vale. Que el segundo recuerdo golpee mi forma de reaccionar por creerme en confianzar y recibir un saque directo en un partido en el que sólo nos jugabamos monedas de plástico y cinco euros que nunca me quisiste cobrar, vale. Que me ganaras con todas las fuerzas de este mundo el día que, convaleciente, me diste aquellas hojas de sen, vale. Que los buenos días tengan asociados bandejas con pasteles y horas de crash, vale. Que nunca me olvide del unfaithfully yours, vale.

Pero dejar de sentirme agusto aunque los pasos no marquen el camino y quiera mantener la distancia adecuada, COTORRA

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