viernes, 19 de diciembre de 2008

Principio de incertidumbre

No sé por qué demonios paso de estar escuchando estadio azteca en un bar tranquilo, con luces que te hacen pensar en verde, buen ambiente y copas caras, a estar en un bar que te hace pensar multicolor, siempre que la musica monótona, sin letra y cas(a)ual te lo permita, con copas ultra caras y porteros que te dejan entrar ahora sí y ahora no.
Parece estar en una mesa apostando siempre por el 10 rojo y caer una tras otra en negro. Negro. Negro. Molesto, como el egoismo, la indiferencia, la chulería, las uñas ultra largas, las toallas con olor a humedad, los enfados tontos o más que tontos, la falta de humor y el exceso de sabiduría paramisóloparamiyparanadiemás.
Quizás faltan noches que debiliten los corazones llenos de buena y de mala gente, aunque no estoy seguro, porque muchas veces los peores antros a las peores horas están llenos de la mejor gente. Y aunque me gustaría seguir citando a Ismael Serrano no puedo hacerlo porque ni allí había ese antro, ni eran las peores horas, ni estaba ella jodida y radiante.
El sólo el principio, princicipio de incertidumbre.

domingo, 14 de diciembre de 2008

San Blas

Bien, parece que ya sabes parte del porqué. La otra parte estaba clara. Tú. Ahora toca escuchar el tipo equivocado. Volver a oir eso de que el tiempo se hace pesado en las manecillas del reloj. Nunca me paré a pesar si soy el tipo equivocado. Aun así sólo dime que me esperas.
Jamás es una palabra tan rotunda que no quiero usarla por miedo al miedo. Tuyo, no mío. Será mejor tener cuidado..
Las palabras dedicadas escritas son peligrosas. Están bien, sí, muchas veces dan resultado. Consigues llegar a donde sólo imaginabas. Incluso a veces, consigues más. Pero esto sólo pasa cuando sabes que se va a leer. Que se va a interpretar, y que aunque todo sea imposible de entender, al menos la parte que quieres. Puede que lo entienda quien no tenga que entenderlo o que se malinterprete. Por eso, me voy con mi música y mis letras a otra parte. No vaya a pasar como el que se quedó en el muelle.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Un, dos, un, dos, tres!!!

Voy a escribir esto con el riesgo de que mañana no mè guste, y con el riesgo de que no quede ni una palabra correctamente mecanografiada. Son las cuatro de la mañana. Acabo de llegar, y justo me llama mi padre a ver donde estoy. Me desvisto a toda ostia y finjo estar en la cama desde las dos. A veces me planteo ser actor, y como no tengo tiempo, me conformo con escribir mi guion.
Y el de hoy cuenta la historia de una joven de buen ver y buen querer que no ve ni quiere ver, quizas deslumbrada por el brillo de sus diafrágmas, o quizas por fruto del largo teatro que es la vida. Muchas veces la vida (o la muerte), a veces, dificild e distinguir, te quita las ganas de fingir, para darte fuerzas para adentrarte con la verdad. Toda la verdad no es más que una canción que escribio la persona que un día nos enseñó. Que nos colupió. Que nos destrozó. No es más que una canción, y mi aipoz, tiene tres coma siete días de música pàra escuchar, meditar, pensar, e incluso disfrutar. Los límites siempre están, donde el batería los mande sonar.

Chis pum!