domingo, 14 de diciembre de 2008

San Blas

Bien, parece que ya sabes parte del porqué. La otra parte estaba clara. Tú. Ahora toca escuchar el tipo equivocado. Volver a oir eso de que el tiempo se hace pesado en las manecillas del reloj. Nunca me paré a pesar si soy el tipo equivocado. Aun así sólo dime que me esperas.
Jamás es una palabra tan rotunda que no quiero usarla por miedo al miedo. Tuyo, no mío. Será mejor tener cuidado..
Las palabras dedicadas escritas son peligrosas. Están bien, sí, muchas veces dan resultado. Consigues llegar a donde sólo imaginabas. Incluso a veces, consigues más. Pero esto sólo pasa cuando sabes que se va a leer. Que se va a interpretar, y que aunque todo sea imposible de entender, al menos la parte que quieres. Puede que lo entienda quien no tenga que entenderlo o que se malinterprete. Por eso, me voy con mi música y mis letras a otra parte. No vaya a pasar como el que se quedó en el muelle.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

prudente y precioso :)

fer dijo...

que se ató una piedra al cuello se tiró al rio y siguió flotando.

bonito.