sábado, 17 de enero de 2009

a-puro e-imaginario

A la víspera de la entrada numero cien del 'diario de pasao mañana', aprovecho un momento entre la resignación y la meditación para hacer la penúltima.
A todos los que quieren o se atreven a adentrarse en este mundo les pido antes de leer cualquiera de las palabrerías que de vez en cuando escribo que me digan algo que me haga reír para poder tener al menos un buen recuerdo de aquellos que sé que algún día me leyeron, algunos que quizás me intentaron entender y aquellos que sin duda lo consiguieron.
La música prefiero ponerla yo porque son pocos los que consiguen apreciar aquello que me hace estremecerme dependiendo del ritmo en el que nos metamos, del que no conseguimos salir o del que eres incapaz de formar parte.
Por eso, por las risas, por la música, y por todas las contradicciones que todo ello tiene implícito trato de darle un sentido, cuanto menos, divertido.

miércoles, 7 de enero de 2009

Feliz año

Busco la inspiración en un orgasmo y en la droga, blanda, claro. Blanda por eso de que siempre fui muy de llorar cuando las cosas no pintaban bien. Me masturbo y fumo un porro poder sonsacarme aquello que hoy no me ha dejado disfrutar como merezco. Suspiro y escribo ‘en primer lugar he vuelto a pensar en ti y en segundo lugar he vuelto a pensar en mí.’
La batería del ordenador no es tan verde como yo quisiera, pero me sirve. Qué casualidad, otras cosas también. Me sirve y me ayuda, me apresuro, doy una última calada de inspiración y me sumerjo en algo que quizás consigas imaginar, pero que nunca conseguirás entender. Son canciones y son discusiones; podría ser poesía aunque carezca de ritmo, la rima la ponen los recuerdos, y el título, los momentos; no son reflejos ni son fotografías; parecen mentiras y resurgen trapos sucios. La batería baja, y el ambiente se purifica.
Mi mano fascista, que no dictadora, me llevó a tomar una decisión muy acertada. Corto el denso humo con su rapidez y lo hago: ‘en primer lugar he vuelto a pensar en ti, y en segundo lugar he vuelto a pensar en mí.’
Creo que no es mala forma de empezar el año. Pienso mis propósitos y quizás, si el verde me lo permite, los escriba como objetivos, por no repetir propósitos. Sólo con mi imaginación y mi sexto sentido (no sólo mío, pero para mi el sexto sentido de todos), el de recordar, disfruto de una de las mejores compañías cuando oigo roncar y cercioro, una vez más, que aquí sólo estamos Centa, mi sexto sentido, y yo.
El tiempo ha volado. Esto ya ha terminado.
Feliz año.