lunes, 26 de agosto de 2013

Mujeres que rompen diptongos

Ese momento en el que escuchas canciones sin parar esperando encontrar aquella que pueda cambiarlo. Las horas delante del ordenador con una hoja de Word abierta en blanco buscando las palabras que ya han salido a volar.
Ese instante después de oír el móvil vibrar con la ilusión intacta de ver quién es. El auto-convencimiento cuando (casi) nunca es. Las consecuencias cuando sí. Los días antes alimentando una adicción y los días después esperando tu desintoxicación.
 
Los momentos pasan de largo salvo si encuentras la canción que se adapta a lo que quieres. Tengo un par de páginas tuyas, tengo que decirte que eres alguien especial. A veces. Las horas pasaron y las palabras fluyeron con gracia. Porque como arma de defensa no hay quien te gane a una de esas carcajadas. Aunque sean medio verdad. 

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