jueves, 26 de octubre de 2017

El año que viene

Me he vuelto a dar cuenta de la nariz tan grande (y proporcional) que tengo, y la carcajada tan sincera que te salió en cuanto lo dijiste.
Me he vuelto a acordar, esta vez por el impulso comparativo más primitivo que tenemos, de la matricula de honor que sacaba tu cara con cada examen sorpresa al que te presentabas, aunque nunca sabías nada.
Me he vuelto a acordar lo mucho que me costó subir a tu casa la primera vez, y lo mucho que mereció la pena. 
Me he vuelto a a acordar de esas manos, que jugaban el papel de un extraño disfrazado en un cuerpo experimentado que peleaban entre las ordenes de un cerebro dubitativo y un instinto otra vez primitivo. Y ganaban. 
Me he vuelto a acordar de esos segundos convertidos en placeres condenados a minutos (horas) efímeros.
Me he vuelto a acordar de ese pelo que no molestaba aunque se abalanzara como un equipo de mosquitos en mi cara.

No hay comentarios: