martes, 3 de noviembre de 2009

Past perfect

Inmersos en un juego de niños, entre chupachuses de dos sabores, peleas por ganar más tazos que cualquiera de tus amigos, agujeros en el suelo que servían del más preciado refugio para las mil canicas de colores que se caían de los bolsos como dicta Amelie, instantes detenidos ante la fija mirada de quien te vigilaba tras decir esconderite inglés, relojes analógicos que jugaban partidos enteros para marcar un gol y no hacer ningún penalty, aviones de papel que desafiaban todas las leyes de la física para volar y volar haciendo los mejores lupings del recreo, balones que te buscaban desafiantes para pasar a ser guardian y disparar... fuera el que fuese el juego, siempre había una palabra mágica que paraba cualquiera de los juegos como si de una ley no escrita se tratara.
"Uve" detenía el tiempo. Su voz se alzaba por encima de las demás y oyese quien la oyese no podia resistirse. Aquel que alzaba sus dedos en señal de victoria y lo exclamaba sentía el poder del respeto. Nos sentíamos orgullosos de sus letras y todos las acatábamos.
¡Qué felices éramos cuándo estaba Uve!

4 comentarios:

fer dijo...

vuelvo.beso.

cueto dijo...

aún tengo el trauma de no saber hacer aviones de papel. me marginaban por ello.

¿por qué crees que estudio psicología?

Adelita dijo...

que grande la palabra uve, que grandes los tazo y sobretodo los hoyos del patio de ponce que albergaban nuestras canicas...

hesterilla dijo...

A mi,como buena hija de asturiana aunque leonesa del todiiiisimo, me enseñaron a decir ACUTO.
Claro que Uve siempre lo petó mucho más y lo cierto es que lo sigue petando (sonrisina picarona acompañada de un guiño)

besin besin;)