viernes, 31 de octubre de 2008

Tetas, libros y destreza

Son días como los de hoy en el que te quedas en casa cuando está todo el mundo por ahí quizás por el cansancio, quizás por vagancia, o simplemente porque necesitas un día para ti en los que te sientas delante del ordenador y estas seguro que algo bueno escribirás.
Y es que te da tiempo para pensar de todo. No hay nadie por el messenger que te pueda incordiar ni hay nadie capaz de mantenerte más contento con una carita amarilla que viendo que lo que escribes da resultado. En el tuenti tampoco hay movimientos, no tienes otra cosa que hacer que escribir.
Son cerca de las doce y el mensaje de los jueves noche ya está enviado. Todavía me sorprendo cuando me veo emocionado al mandar un simple mensaje a la persona con la que más identificado me siento sin apenas conocerla. Creo que es algo que nunca sabré expresar. Algo parecido a lo que mucho tiempo llevo esperando me dio a entender que no hace falta explicarlo. No quiero contar qué es porque no lo entenderíais. Sois demasiado rápidos y no conseguiremos nunca cogeros.
El móvil hace acto de presencia y me asusto. Tengo un aviso para mensajes parecido a un disparo y siempre me asusto. Luego me río y a continuación me estremezco. Parece absurdo, parece mentira. Pero es verdad.
Aunque la canción pareza triste no tiene porque serlo.

2 comentarios:

fer dijo...

QUE BONITO QUERIDO....
CABALLO CUATRALBO QUE NOS RECOJE CABALGANDO CADA VIERNES DE AÑO PAR.

cueto dijo...

¿Gamusino? No he leido por ningun lado tu respuesta...xd