viernes, 25 de septiembre de 2009

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Habiendo canciones perfectamente escritas y bien cantadas sería estúpido tratar de escribir algo que se le parezca. Pero será esa manía de hacer aquello que los demás tildan de estúpido, de raro, de no bueno. Bien, yo prefiero llamarlo alternativo y me quedo con la bohemia de mis intentos. Me gusta y con eso me vale. Me hace sentir bien y me da confianza para seguir. Pero seguimos, seguimos con ese miedo que nos impide mirarnos a la cara para decirnos lo absolutamente raros que queremos ser. Es en días como este, o noches como aquella, en las que me acuerdo de las líneas de Rayuela en la que el Cíclope se apodera de nosotros, y así, monoculares, jugamos a vernos en la oscuridad de nuestras sonrisas más profundas, y por ello, poder abrir los ojos, cada uno el nuestro, y ver que en realidad tenemos dos cada uno y todo esto es de verdad.

1 comentario:

Álex dijo...

para seguir con la dinámica, nada de publicar sin antes algo comentar.